Iniciamos mes con nuevo tema y nuevos desafíos. Los invitamos a leer todos nuestros cuentos y a dejar sus comentarios!
Vísceras y sangre por doquier... paredes de roca fundida por el magma dibujan siniestras sombras que corren a atormentar los espíritus de los condenados… La muerte, con un gesto diabólico, observa desde lo alto y ríe a carcajadas, contemplando un alma solitaria que recién acaba de caer en el espantoso abismo…
Aterrada, el alma empieza a huir sin un rumbo definido, intentando escapar de los males que la acechan. Le resulta incierto el por qué se encuentra allí, aunque sabe que durante su vida se dejó llevar por las tentaciones y vivió en la opulencia. Ahora, le llegó el tiempo de pagar por todo y quiere escapar de su triste destino…
No halla un final para el laberinto en el que circula, por lo que se detiene y observa el lugar con atención. En lo alto, gigantescos montes expulsan lava volcánica y bañan miles de ánimas que se encuentran atrapadas en un lago que no tiene fin... En las laderas, corren ríos de sangre hirviendo que despiden un hedor intolerable y la corriente es tan violenta que destruye todo a su paso. No hay duda de que ese lugar es el mismo infierno…
Desconsolada, el alma se da cuenta de que nunca podrá escapar de ese mundo y sin moverse, aguarda el castigo eterno. En instantes, es arrastrada por seres malignos y presentada ante el juez supremo, el demonio de mayor categoría y a quien todos temen encontrar al morir: Lucifer...
─Así que al fin te presentas ante mí, asquerosa alimaña─ dijo el rey de las tinieblas en tono burlista. ─Ya iba siendo tiempo de que te presentaras a rendirme cuentas por tus actos y a pagar por todos ellos, aunque sé que ahora sientes arrepentimiento, al igual que todos─. El alma, que hasta ese momento no tenía una forma definida, se convirtió en una figura humana y con turbia voz dijo al juez del averno: ─Lucifer, amo del infierno y de toda la maldad existente, es cierto que fui condenado desde lo alto y enviado a este sitio tormentoso, mas no comprendo ¿cuál de todos los pecados que cometí fue el que me envió a este lugar? ¿Por qué Dios no quiso apiadarse de mi ser?─.
El Diablo lo miró fijamente y una sonrisa malévola se dibujó en su rostro. Con su tono lleno de sarcasmo le informó: ─gracias a ti miles de personas disfrutan en sus casas la telebasura. Con ella, puedo hacer que no se dediquen a cultivar sus mentes ni adquieran conocimientos útiles para surgir en sus vidas, sino que prefieran seguir ídolos terrenales llenos de superficialidad, que invitan a sus seguidores a gastar lo poco que poseen con tal de parecerse a ellos, o para apoyarlos en sus participaciones en distintos programas.
Además, la telebasura enseña que los excesos y los vicios son buenos y que quienes los practican son ejemplos a seguir, por lo que cada día llegan más y más almas a mis dominios y todo gracias a personas como tú─.
Entonces, el alma recordó que en vida había sido productor de este tipo de programas sin contenido de valor, pero que lo había hecho porque pensaba que la gente era quien decidía si los veían o no, así que le reclamó airadamente al Diablo diciendo: ─estoy consciente que yo produje ese tipo de telebasura, pero las personas tienen su libre albedrío y al final ellos son quienes deciden si ven los programas o no, por lo tanto no soy responsable de que esas personas se pierdan y sus almas terminen aquí─.
Lucifer, con un gesto placentero le dijo: ─el libre albedrío es el mayor regalo que se le dio a la humanidad y gracias a él es que los ignorantes eligen la telebasura que otros como tú les ponen al frente. Ahora miserable, padece el sufrimiento eterno porque tú también podías haber usado tu libre albedrío, para producir programas de calidad que los ayudaran a ser mejores personas…─
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