Musa, daemon, heroína, villana, madre, esposa, amante... la mujer puede ser muchas cosas y en esta semana es la inspiración que nos ha llevado a escribir historias, usando a una mujer como protagonista. Espero les guste y nos digan que piensan de estas historias.
Ella toma el arma y mira al
hombre por un segundo. Un largo y eterno segundo.
Casi podía verse reflejada en él,
estando en esa misma posición, frente a un arma que le apuntaba directamente al
corazón. Pero esa ocasión era ella la que ponía todo en juego. Sin embargo todo
salió bien, el hombre por el cual se arriesgaba le había dado su propia arma y
ella había entregado la suya a cambio, el pacto se había llevado acabo.
Estaba asustada, claro, pero
cuando sostuvo el arma en sus manos, aquella que apuntaba directamente al
corazón de él, sintió tranquilidad, ya
que él le confiaba lo suficiente para que le permitiera tomar su arma.
Ella jamás pensó en disparar, de
hecho el arma había dejado casi de existir en su mente, aunque sabía que estaban
ahí, un par de pistolas que apuntaba al corazón del otro y que cada uno
sostenía. Pero no eran más que fantasmas de un miedo que le parecía ilógico.
Y cuando creyó que todo está
bien, cuando se sintió segura, cuando cerró los ojos sin miedo, el sordo sonido
del disparo hizo eco en su mente…
Hoy ella vuelve a tener un arma
en su mano, un nuevo hombre se ha acercado y se ha arriesgado en el juego. Ella aún conserva su propia arma, no se
ha hecho el intercambio.
El largo segundo termina y nuevamente
ella vuelve a oír ese sonido, igual de aterrador, pero a la vez diferente.
El hombre yace en el suelo, con
un agujero en el pecho. Ahora le duele, pero se levantará y se repondrá,
probablemente no quede cicatriz de la bala. Pero ella sigue de pie, con una
bala incrustada en el pecho.
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