El miedo es normal y una reacción que no siempre se puede controlar, pero también puede ser un crimen...
“…los cuervos iban de un lado al otro, sobrevolaban sus víctimas, el
grupo de niños dormidos en medio del bosque. En los arbustos cercanos, el joven
podía ver todo lo que pasaba. Debía tomar una decisión, ¿ayudarlos o escapar?
Miró a los cuervos nuevamente. Eran monstruosos y sus bocas eran terribles,
llenas de dientes afilados. De un momento a otro, dejaron de volar y se posaron
encima de las cabezas chicos, iban a comerlos vivos. Pero antes del primer
picoteo, uno de los cuervos torció su cuello, girándolo totalmente para mirar
al chico escondido. Este gritó en terror y salió corriendo. Los cuervos
inmediatamente alzaron vuelo y fueron tras él. Pero por más que corría no podía
dejarlos atrás… porque eran cuervos fantasmas…“