lunes, 13 de octubre de 2014

Primer tema: Tema libre, cuento: "Gotas"

Hola, esta es la historia de la temática de esta semana, la cual fue inspirada en la canción de Peregrino Gris, Viejo Tronco. Espero les guste y ¡gracias por acompañarnos en el inició de este viaje!




Las gotas caían como lágrimas en el lago, creando una melodía misteriosa pero mágica, que atrajo al hombre…

El hombre caminaba con su soledad, profundamente abstraído en sus pensamientos. Se detuvo frente al peñasco que daba a la laguna. La vista era única, abarcaba toda la inmensidad del lago, pero él podía sentir algo más. Podía oír la voz de ella en el viento y su rostro dibujado entre los reflejos y las sombras. Cayó arrodillado y tapó su tristeza con sus manos.

         Aun recordaba la noche y el frío, el dolor y el amor, fundidos en el rostro de su esposa. Ella lo observó y sin decir palabra, solo le sonrió, para perderse para siempre. Debía ser sacrificada para el bienestar del pueblo. Todos lo lamentaban, pero así debía ser. Antes de irse, él intentó tomarla, pero ella no le dejó, simplemente se despidieron con una última mirada…

El dolor resurgía con cada memoria, lo enloquecía, deseaba terminar con todo y unirse con ella en el olvido. La sinfonía del lago no dejaba de acompañarlo en su duelo.

Él se levantó y observó el peñasco, dispuesto a seguir sus más oscuros instintos. Pero algo lo detuvo. De entre los arbustos apareció su mejor amigo, que con su voz ronca y profunda, repitió las palabras que el hombre no olvidaba, pero que el dolor había ocultado.

-El sacrificio fue hecho, pero no por ella, sino por nosotros- las gotas cesaron su melodía –No seas tonto y mira…-

 El juego de las hojas con el viento acaparó todas las miradas. Volaban como mariposas. Había algo de ella en el ambiente.

-Recuerda por qué lo hizo, por quién…-

El hombre dio media vuelta y quedando de espaldas al lago, pudo ver al pequeño niño que avanzaba hacia él. El niño corría torpemente, con los brazos extendidos y un rostro feliz.

Al abrazarlo sintió el calor y el amor de su esposa en ese niño, en su hijo. Miró al cielo y pudo oír la risa de ella. Las gotas volvieron a caer, con un ritmo misterioso, como si cantaran con el viento y con cada espiral que creaban en el lago, parecía que alguien bailara en la superficie.

Música de fondo: Viejo Tronco de Peregrino Gris.

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